Friday, January 7, 2011

Ecología política, alienación y falsas necesidades

Mientras leo Philosophie de l'écologie politique de Eva Sas me reafirmo en mis afinidades e identifico más claramente mis fuentes de dudas y de crítica.
Me siento plenamente identificado con los problemas ecológicos que nos acucian y que constituyen el punto de partida de la teoría. También comparto la idea de que la ecología no puede enfocarse desde una perspectiva únicamente medioambiental bajo riesgo de caer en algo vacío, inconsistente o abierto a derivas antidemocráticas (ecofascistas, Illich dixit). La ecología debe insertarse en el seno de una teoría político-filosófica que, de manera bastante natural, nos lleva a situar a la autonomía del individuo en el centro del debate. También me reafirmo en que este protagonismo de la autonomía y de la libertad real de las personas obliga a potenciar la esfera de las actividades autónomas como alternativa a las dos dimensiones a las que tradicionalmente se ha reducido la discusión: estado y mercado. Esta preocupación por la autonomía creo que proporciona un fundamento sólido para medidas como la renta básica que, si bien tal vez no pueden ser un objetivo inmediato, deben constituir una importante guía para nuestros esfuerzos y luchas en el terreno de las políticas económicas y sociales.
No puedo sin embargo reprimir un sentimiento de preocupación o incomodidad cuando me reencuentro con la crítica del capitalismo y del mercado basado en la creación de falsas necesidades y en la alienación del individuo.
"L'écologie politique inscrit ainsi sa vision de l'homme dans la lignée de la pensée 68: l'être humain ne peut être réduit à un producteur-consommateur, il est d'abord un être unique doué de désirs et de créativité. Il faut donc le libérer des contraintes qu'il se crée sans en avoir conscience, pour qu'il puisse se consacrer aux autres dimensions de son être. Il faut également qu'il se libére de ses faux besoins, sans cesse renouvelés, auxquels il consacre une partie significative de son temps éveillé" (p. 48, el subrayado es mío).
Vemos que en esta cita la autonomía del individuo se defiende en contraposición a la alienación y la creación de falsas necesidades.
La ecología política tiene futuro en la medida en que sea capaz de presentar convincentemente sus ideas y las políticas que de ellas se derivan. Mi experiencia me sugiere que los argumentos esbozados en la cita provocan una lógica desconfianza entre el público no convencido. Adoptar una posición "mesiánica" (libérate de la alienación que sufres) o sugerir que el individuo es víctima inconsciente de oscuras fuerzas manipuladoras (tus necesidades son creadas) genera una reacción de rechazo instintivo en el interlocutor. Y esto me parece muy comprensible, por cierto. Mi preocupación, además, va más allá de las reacciones instintivas o de orden puramente pragmático a la hora de exponer las ideas y aumentar sus posibilidades de ser aceptadas. Aunque siento simpatía por la tesis de las necesidades creadas (ya presente en la obra de economistas por los que siento gran cariño como, por ejemplo, Galbraith), reconozco que réplicas como las de Hayek nos obligan a ser cautos en este punto y a no depender más de la cuenta de este argumento. Quizá haya mucha tela que cortar allí donde una parte de la izquierda da por sentado la validez del adjetivo "falso" o "artificial" para denigrar el estatus de las necesidades o preferencias de las personas.
Debo decir que la intuición principal que subyace en estos conceptos me parece correcta -el modelo de crecimiento y acumulación material ilimitados de nuestras sociedades "desarrolladas" no es ni sostenible, ni aceptable, ni justo- pero creo que es importante basar la crítica y las alternativas en argumentos distintos y seguramente más consistentes. La crítica existencialista de Arnsperger -mostrando el sinsentido de basarnos en la satisfacción de unas necesidades y deseos materiales infinitos e incapaces de acabar con nuestras angustias- pueden suponer un buen punto de partida. Hacer posible el desarrollo de actividades autónomas menos intensivas en recursos naturales, puede ser otra interesante pista para proseguir nuestro camino de manera abierta y respetuosa con la infinita gama de opciones de realización personal.
Al fin y al cabo, la ecología política me parece demasiado sugerente, estimulante y prometedora como para dejarme intimidar más de la cuenta por mis dudas y reticencias ante tal o cual detalle en su argumentación. Continuons, alors.

Canción del día / Chanson du jour
Chinese Man - More by Topete

8 comments:

Omar Ahmed said...

Supongamos que mi piso constituye una nación (bastante internacional por cierto), regida por ciertas leyes medio-ambientales, producto de propuestas político-ecológicas que saltan a la realidad de unas cabecitas pensantes que pasan su tiempo dibujando signos con los que los grandes Aristóteles y Platón se comunicaban en la época. Pues bien, como gobernante (si si, me doy tal responsabilidad por la jeta) intento, insisto, repito de forma cansina que las luces NO tienen porque estar encendidas todo el día. No hay éxito, pero me acojo a esa esperanza que menciona el bloggero. Seguiré intentando, no hay nada más desagradable que levantarse y encontrarse la luz del pasillo, de la cocina y del comedor encendidas. Uno se despierta con complejo de festeret en medio de un after, y no son momentos ya...

En fin, agradecer al bloggero este espacio de liberación de frustraciones, y expresar porque no (y de paso se matan dos pájaros de un tiro) la nostalgia por una conversación real de más de una hr y no virtual (aunque también sirven!), y de un buen abrazo del susodicho.

Vayan en paz.

Pau Dziga said...

Estoy de acuerdo contigo en la deriva elitista que puede tener el argumento de la "alienación", particularmente si se traduce en un "yo sé lo que tú no sabes que quieres", etc. Por eso me ha llamado mucho la atención el trabajo de Luc Boltanski. En un texto reciente (no tengo la cita a mano) comentaba que se puede aceptar la existencia de una "ideología dominante" que pone en juego toda una serie de recursos de legitimación y perpetuación siempre y cuando no se entienda que se trata de un juego tramposo y conspirativo, incomprensible, que se ha de desvelar casi "visionariamente". Supongo, por tanto, que el enfásis analítico se debería poner no ya en la revelación de "verdades ocultas" sino en el aumento de la autonomía de los individuos para garantizar unas reglas de juego igualitarias. Hasta aquí la teoría y ahora la pregunta de abogado del diablo: ¿hasta qué punto ese escenario de agentes sociales autónomos interactuando según unas reglas racionales es real? ¿de verdad que no existen relaciones de poder que coartan la libertad de acción y decisión de millones de personas? y, pero aún, ¿por qué individuos que sí que disponen de una autonomía persisten en comportamientos política y ecológicamente insostenibles? (y ahí pienso en el pobre gobernador Omar luchando contra las crueles crueles luces encendidas).

Julio said...

suerte que cuando tengo el cerevelo blandito aparece Pau para decir (más o menos, claro) lo que escribiría si escribiera, y así me ahorra la desesperación de intentar pensar.

Que cantidad de links, te sigo la pista.

Hank Quinlan said...

A veces perdemos de vista quiénes somos: primates evolucionados. Nuestra evolución ha sido diferente a la de otras especies. Hemos sido capaces de producir a Eluard y al iPad. Pero no hay fuerzas evolutivas que nos hayan hecho dejar de desear más comida, más sexo, más diversión, más luces encendidas. Los reflejos que antes nos hacían buscar desesperadamente comida y cobijo, ahora nos empujan en una larga marcha que nos lleva de la caverna a la destrucción, inherente a nuestra especie, en tanto que especie. Seguimos buscando a ciegas la supervivencia individual porque lo llevamos escrito en los genes.

Lo admirable es que nuestra evolución tenga un componente social y cultural (co-evolution, en jargon), que hace que no sólo nos empeñemos en acabar con el mundo, sino que entre otras cosas nos preguntemos cómo parar el tren. Aunque sea recurriendo al manido argumento de la alienación, intrínsecamente poco científico, por infalsable (¿cómo testar que mi visión de tu autonomía es real?).

Un consuelo de tontos: cualquier otra especie con nuestro poder ya habría hecho saltar la explotada banca de este planeta hace tiempo. Y, después de un par de conversaciones con Kim Hill (un antropólogo de campo), me atrevo a decir que cualquier civilización no surgida de la revolución francesa lo hubiera hecho aún más rápido, y de forma más cruel, si hubiera tenido la oportunidad.

Mia Wallace said...

Siguiendo en la línea de las "explicaciones para tontos" con dibujitos: http://www.youtube.com/watch?v=FFCNCQleCuk&feature=share

El tren sólo lo podemos parar nosotros. Se puede pensar que es el maquinista el que debe (o el único que puede) parar dicho tren. Eso sí, no se nos debe olvidar que siempre podemos, en homenaje a la revolución francesa, cortarle la cabeza al maquinista (que diría Robespierre).

Caterina said...

El otro día pasé por aquí y no he podido evitar relacionarlo cuando el video que, entre los teenagers del facebook, me he encontrado:

http://www.rtve.es/mediateca/videos/20110109/comprar-tirar-comprar/983391.shtml

Se me han abierto muchas pestañas, pero mi inminente examen de democracia [suena tan extraño dicho así] y mi maldita conciencia me impiden sentarme a relataros mis dispersiones.
De modo que lo deposito en este blanco sobre negro en honor a nuestra renovada amistad.

Abrazo!

Alvagó said...

Reproduzco a continuación un comentario de Julio que, por alguna razón misteriosa, se perdió en la blogosfera y no fue publicado y aprovecho para rogar a blogspot que facilite un poquito la posibildad de insertar hiperlinks en los comentarios:

...cualquier otra especie con nuestro poder ya habría hecho saltar la explotada banca de este planeta hace tiempo. Y, después de un par de conversaciones con Kim Hill (un antropólogo de campo), me atrevo a decir que cualquier civilización no surgida de la revolución francesa lo hubiera hecho aún más rápido, y de forma más cruel, si hubiera tenido la oportunidad.

Me encantan las provocaciones de Quinlan, que en determinados ámbitos harían llover enfervorizadas acusaciones de "etnocentrismo" o "epistemicida". Me ha dado ganas de explorar un rato.

Lo bueno de los nombres propios es que son muy googleables. La primera mención de Kim Hill era para esta música de soul. Conociendo mínimamente el historial de Quinlan, por un momento he pensado que se refería a ella, y lo de "antropólogo de campo" sería una ironía (que mejores exploradores del alma humana que los músicos de soul), pero no me cuadraba que se refiriera a ella en masculino, así que he vuelto a googlear ahora con la coletilla "anthropology".

Así sí. this is the guy. Y un poco más de exploración me ha llevado a sus comentarios on Patrick Tierney's book, Darkness in El Dorado . Me ha llamado la atención el título del libro mencionado, sus resonancias, y lo he ubicado, y entonces me he enterado de que Zé Padilha, (el tipo de Tropa de Elite 2 ), rodó el año pasado un docu sobre ese libro...

Conclusión: no sé si unos yanomanos con iPads destruirían el mundo más rápido que nosotros, y creo que en un comment no voy a aportar nada interesante sobre esa pregunta.

Conclusión 2 (y más importante): conversar tiene premio. Encuentras cosas interesantísimas, que tras horas de lectura, visionado y digestión mental, pueden dar lugar a ideas que tal vez hasta sean útiles.

Conclusión 3: amo internet. (y desde hace un momento, la música de Kim Hill)

Alvagó said...

Siempre me sorprenderá la capacidad de Julio para demostrar que, en medio de este caos a menudo desmoralizante y desconcertante, en realidad el mundo está (muy) conectado.